12 de septiembre de 2011

Empezar

Y un día fué y se hizo visible, uno indescriptible, lleno de suaves vocecillas, de caricias pequeñas y de brillantes miradas. Habiendo llegado al punto en que la vida se sabe una ,con sus rutinas y sus atascos, con sus problemas agobiantes y sus desesperos, habiendo llegado al punto en el que parece todo lo mismo, en el que no hallas consuelo. Miras a la luz del día como mirar a un punto cualquiera del espacio que te rodea y te sabes  pequeño, débil y temeroso del tiempo, que te marca un día y otro. No se detiene.

Y ése, en el que se hizo visible, ese indescriptible, los pequeños pasos en las escaleras despertaron mil sensaciones perdidas, ese día se lleno de colores, primero pasteles, como mezclados con un blanco mate degradados por una suave sombra rosada, para después coger tonos intensos, fuertes y brillar con el color propio del púrpura, del rojo intenso, del carmín. Ya no llegas, ya no vas, ahora vienes, te encuentras con esos minutos de sosiego, de paz y de un corazón acelerado por seguir sintiendo lo mismo, la ternura que te invade no se parece a nada, quizás es comparable a cuando se disuelve el azúcar en tu boca, a zapatillas viejas y desgastadas que te siguen dejando comodidad y calor, a piruleta de fresa, a olor a ceras, a nuevo, a querer llorar y reir y no saber por cual decidirte, a volar, a soñar.

Todo está en un cajón lleno de sorpresas, no sabes lo que va a pasar pero sni embargo te anima, te alimenta el espiritu y te hace sonreir. No se podría decir que en este día, en este punto te quisieras parar, por el contrario tienes ganas de que siga, que transcurra y que te haga adivinar lo que esos pequeños seres que te rodean te harán vivir. Ellos esperan impacientes y solícitos a aprender de ti, a saber más, a demostrarte lo que pueden dar. Y sin embargo no se dan cuenta que te dan más, que te enseñan más y que tu aprendes...sobre todo en este día, en un día. En este principio de su contínua vida.

11 de septiembre de 2011

Vida

A veces se vislumbra como un presente efímero y un futuro cada vez más incierto, la delgada línea horizontal que recorres, va dejando destellos de las pequeñas gotas de felicidad que vives en cada momento, en cada tiempo, en cada sensación pero tambiénse llenan de rasgos oscuros y apagados, de lágrimas y sollozos, de cuentos inacabados, de sinrazón.
Una misma línea, indivisible, contínua, a veces crees que puedes detenerla pero sin darte cuenta se dibuja en eso que insistimos en llamar vida.

Vida es lo que a veces creemos que sopesa nuestra levedad y nos hace fuertes, capaces y sin embargo una sola no es suficiente.Vida ese ese trozo que a veces queremos compartir y otras no. Son nuestras decisiones, nuestras penas, nuestras alegrías, llenas de pensamientos contradictorios que se autoevalúan cuando no sabes qué hacer con tanto, con todo, con poco o con nada.

Y la línea, delgada, sigue su camino y tú la recorres, aunque a veces parece que ella te hace recorrerla, es solo un espejismo de emociones, nunca sabes si retroceder o avanzar, ni siquiera si va aparar de dibujarse o algún día se desdibujará de tus ojos dormidos, de tus sensaciones inquietas, de tus manos, de tus pies, de tu amor por ella.

9 de septiembre de 2011

Por qué

Y porque preguntarse si el aire que respiras va a continuar entrando para darte vida. Y porque saber si mañana abrirás los ojos a un día soleado y lleno de sonidos. Para que quieres impedir que tus emociones no afloren cuando quieran, porque detenerlas, porque evadirlas. Porque detenerse en el camino que quieres andar cuesta arriba. 
Y porque crear para que el mundo lo vea, y porque soñar queriendo que exista, porque querer, porque esperar.
Porqué pensar las sendas, las palabras, porque decidir y porque hablar.

Demasiado

Demasiado amor, demasiados besos, demasiados abrazos y luces de luna cubriéndolos, demasiadas caricias, demasiados sueños.
Demasiados esfuerzos, demasiados silencios, demasiadas palabras, demasiado discernimiento, demasiada inquietud, demasiado sosiego.
Demasiadas risas, demasiadas miradas, demasiados secretos,demasiados te quiero.
Demasiados planes, demasiadas previsiones, demasiadas locuras, demasiadas celebraciones.
Demasiado ocultar, demasiado guardar, demasiado confiar, demasiadosanhelos.
Demasiadas expectativas que me alejan casi siempre y me hacen demasiado esperar y me crean demasiados sueños.

18 de julio de 2011

Lo vivido

Camina despacio sobre sus pasos seguros, sabe a donde se dirige y por eso no tiene prisa, mira al horizonte como si de verdad creyera ver algo detrás porque allí donde se junta el mar y el cielo se juntan también sus esperanzas. Su cabello de espuma y brisa le cubre delicadamente y él se deja arrastrar por los años, sin miedo sin remordimientos, sin cansancio. Si lo buscas desde lejos, puedes confundirlo facilmente, pero si consigues percibir su imagen, ya no puedes perderlo de vista porque atraviesa tus ganas y tu mente, tu necesidad de reflexión, de sueños y te inquieta.

Y te paras cuando un rayo de sol atraviesa tu piel, te miras y percibes que el mundo se detiene que tú lo detienes para comprobar que te sabes dentro de la vida, dentro de un tiempo que está pasando, que no te deja parar que te lleva, y él sonrie, él ya lo sabe. Tú no caminas contra el tiempo pero a veces te gustaría saborearlo mejor y a eso se aprende.
 
En la calle soleada bajo una sombra rayada de palmeras que se alzan al cielo, en un banco tu mirada no puede dejar de verlo como el que mira donde vamos a parar, y en silencio se despiertan los recuerdos desiguales, inquietantes, vividos, amados, llenos ahora de vacio y soledad, de canciones pegadizas que te hacen sonreir y de miradas que se escapan y no sabes a ciencia cierta a dónde van.

Saboreas las horas dormidas y cuando vuelve a pasar, su mirada hace que todo se detenga y te mides quien sabe para qué, quieres tu osito, tu ángel,  tus historias de cuento, tu reloj detenido, los abrazos protectores, quieres tu mar, tu girasol, tus nubes con formas y tu mano junto a una como la suya  diciendote ya pasó. Te mides y te sabes que has vivido, que has andado, que no ha estado mal.

Cuando se vaya el sol y él con la luz, el día se torne grisáceo y las palmeras dormidas ya no te dejen verlo, tus ojos volverán a ser tuyos y tus pensamientos los de siempre, pero la vida ha pasado y tú lo sabes y se ha posado sobre tus sienes cálida y discreta, y pensarás que es mejor que se quede y renuncias a tu corazón de llanto, a tu corazón de penas y quieres volver a ver la vida en esas manos, en esos pasos, en esas huellas en la arena. Pero ya no están, calladas y quietas ya pasaron como muchas cosas en lo cotidiano.

Tienes la convicción de haber crecido, de haber soñado y de haber sonreido, suspiras, y una lágrima te deja soñar y brillante, cálida, transaparente que casi se confunde con el mar, cae sobre la orilla y se pierde allí la dejas te despides de ella y te quedas con lo mejor que has vivido y sonries y caminas despacio, sin prisas, segura y miras al horizonte como si de verdad creyeras ver algo detrás porque allí donde se junta el mar y el cielo ....ahora se juntan también tus esperanzas.



24 de junio de 2011

Último día

El día que termina es largo, a veces te parece que pasa rápido y fugaz, te deja sensaciones de fin, de voces que duermen y de sonidos ausentes.

El día que termina, ese día, te deja un vacío y es inevitable pensar si se volverá a llenar o simplemente será cubierto  y su sensación se queda como una huella, esperas que sea una huella en la arena, de esas que el mar borra suavemente pero no sabes si es así o quizás sea de esas que cual erosión permanece y solo se modifica con el tiempo.

El día que termina,  suele afrontarse con alegría pero sabes que en tu corazón siempre está la melancolía, la pena, la tristeza de la despedida. Ese día suele cerrar una etapa, un momento, un grupo, una misión, una situación y cerrar a veces es oscuridad, penumbra y quieres que un halo de luz o simplemente un reflejo la ilumine siempre, para que no olvides que existió.

El día que termina, entonces se torna inexpresable, indescriptible, indescifrable....y permanece durante cada minuto a espera de vivir, de dar, de sentirlo todo...y lloras, ries, bailas, gritas, sueñas y piensas. Guardas tus sensaciones en un rincón de tu cabeza, a veces lo desempolvas y depende del cartel que le hayas puesto lo sacas o no, lo miras o no, lo revisas, lo vuelves a sentir, lo echas de menos o no y la euforia te vuelve a invadir y la sensación de vivir, de dar y lloras, ries, gritas....piensas otra vez.

El día termina, el tiempo lo mira desde lejos, se mantienen al margen y te deja a solas con él, con ese día que facilmente no se olvida.

Pero el dia termina y tú losabes. Adiós día, adiós despedida.Adiós fin. te guardo con un post-it: "Déjalo volar".

13 de junio de 2011

Ausencia

No puedo escribir, las palabras ya han dejado vacíos los significados y su recuerdo ya no crean frases ni atropelladas ideas en mi mente, ya no escribo, porque la luna se esconde y el halo de su luz no me ilumina. Las embellecidas voces de palabras dormidas en mis manos, en mis sueños, en mi corazón..no se despiertan, no suenan y sus colores se apagan lentamente al son de una melodía de redondas descendentes en un pentagrama transparente. 

El eco del silencio aletea en mis oídos y solo alcanzo a distinguir un ruido sordo y seco que no dice apenas, que callado quiere salir para que alguien lo escuche y lo entienda, pero no sale, se esconde.

Qué difícil es la ausencia de palabras y de ideas, qué difícil es no poder decir sin sentir y qué difícil cuando todavía quieres y no puedes, la sensación de nada, el abandono de la fuerza y de la protección que detrás de ellas hay siempre, de sus maravillosas letras chocando entre si, diciendo, explicando, creando..... la ausencia de sus conjugaciones perfectas, de su ritmo que inusitado desprende mil historias.

Las lágrimas de mis dedos notan su abandono, mis pupilas brillan sin recibir su resplandor, las ganas de contar se evaporan sin razón alguna, sin control, dejando atrás la efervescencia de lo cotidiano que se torna ahora pensado, calculado, tímido, asustado. No decir, no pensar, no escribir.

Duermen mis palabras y las acuno con ternura, duermen y su sueño es un murmullo que vuela y planea a mi alrededor, se aleja y retorna, vacilante inquieto y yo no le presto atención, no le sigo, no le miro, lo dejo volar, desvanecerse en un suave y ligero vapor azulado que me abraza.

Sé que me despertaré pero hasta entonces guárdame palabras, guárdame sueños y no te olvides que solo estoy dormida.

7 de junio de 2011

Regalo

Solo de vez en cuando, sentado sin esperar esperando, irrumpe en tu vida con sorpresa, con gracia, y tú, te dejas, te abandonas. La sensación de burbujas que van creciendo en tu interior llenan tu gran vaso de felicidad. Pero las burbujas no paran, se delizan chispeantes, a borbotones, y deciden instalarse en tus ojos, en tu mirada brillante llena de lusión, en tu mirada cubierta de lágrimas que no quieres dejar salir pero salen y tú las dejas porque es inevitable.
De vez en cuando da igual la dimensión, da igual el color, la embargadura de su especie, la fragancia, la forma, da igual su aspecto, el hecho de existir ya es apreciado, valorado y recordado durante un largo período de tiempo.
De vez en cuando lo encuentras en un cajón, doblado en un libro, detrás de un cúmulo de cosas, tirado en un rincón, pequeño, vacío. Y vuelven a aparecer las burbujas chispeantes que te apretan con fuerza que te llevan sin control a ese tiempo, a ese instante.
Solo a veces, solo de vez en cuando, alimenta tu corazón, sueñas, ries, amas y acabas por saber qué es.
Perdido, buscando siempre decide aparecer cuando no te lo esperas y esos son los mejores, los que das y los que recibes, los que cubren con un especial instante el detalle de su entrega, de su magia envuelta, de su luz que compartes cuando te ilumina y tú...tu siempre te dejas.
Pero doy mis ojos, mi esperanza, mis ganas y mi ensombrecida calma, mi sueño despierto y mi alma quieta, doy mis estrellas y mis manos de tierra, a quien no olvide que este gesto solo es un detalle de la vida y entre el minuto uno y el dos siempre hay tiempo para dar mil palabras y no hacen falta lunas ni soles, ni papeles brillantes, solo estar y buscar ese preciso instante....porque cuando ese momento vuelva a tu vida y las burbujas chispeantes te llenen otra vez, de vez en cuando sentirás que has vivido, que te han querido y que puedes pensar en que partir está muy lejos y que la gracia de ese encantamiento que hoy te envuelve, abre tus alas a vivir, a trasladar el punto final para no se sabe cuando..a pensar...a volar y a querer volver a regalarte un día más.

22 de mayo de 2011

Cenicienta

No puedo dejar de pensar en tus lineas escritas, como la seda blanca de tus ojos sombríos, con tus pequeñas manos llenas de gratitud, de esperanza sublime, de comertte el mundo.
Te veo aún, dormida soñando con girasoles gigantes, con aves al vuelo en un cielo estrellado y pétalos acariciandote los ojos cerrados, cerrados al sol, cerrados a la vida, cerrados a tu dolor. Tus pasos te llevaron a crecer timidamente hacia el mundo real, tímidamente hacia el sol que no deja de alumbrar lo que no querías ver, tus primeras penas crecen en tu corazón y tus ganas de saber y soñar ya no están escritas en tus manos, en tus dibujos, en tus ojos abiertos a la vida.

Los cuentos no se escriben con desasosiego,con dolor, con noches sombrías, los cuentos aunque parezcan alegres y felices son un poco de cada uno, de nuestros miedos y de nuestras risas. 

A veces tu famoso lenguaje de cantos silvestres y tu paciencia eterna se despliega llena de amor y encuentras respuestas. Otras, los gestos titubeantes, las dudas y las ganas se quedan llorando detrás de una puerta, subes y bajas, corres y sueñas, mantienes la esperanza aunque a veces parezca que de amor  te desvanezcas. Tu vestido azul se convierte en pantalones roidos cuando piensas que no estas a la altura de ti misma ni de tus inseguridades, cambias, das vueltas, porque no sabes si habrá algún principe cuando abras la puerta. Entonces miras de reojo, no te acercas, sonries pero prefieres seguir frotando el suelo con el paño de la esperanza quieta, los principes no vienen, ni tu vas, y así todos esperan.

Dónde está el final que cuentas?, dónde dejaste los sueños dormidos?, dónde se despiertan? dónde estan las sombras pero de un sol que te ilumine quieta? dónde tienes sed, donde vuelas?

Tu calabaza ya no te lleva, tu hada madrina se ha convertido en una mujer que te escucha y tú piensas. No dejes pasar las lunas, no dejes pasar las flores, ni la lluvia, no dejes que te busque un zapato de cristal al final de la escalera.

Pero sus líneas estan escritas y yo no dejo de pensar en ella, como la seda blanca en sus ojos de luna, en su cabello de plata, en su esperanza, en sus sueños, en su magia brillante de cristal perfecto, no dejo de pensar en sus trajes de ensueño, en su carroza y sus corceles, en su sonrisa de cuento.

 No dejo de pensar en ti, pequeña cenicienta.

18 de mayo de 2011

Felicidad

Cuando te encontré ya no estabas, fué un día de primavera. Luego vinieron muchas más pero no supe cuando te fuiste. En cada rincón de cada habitación fuí colgando señuelos que me recordaran que existías y me quedé dormida para buscarte en mis sueños, pero tú estabas despierta.

Frágil y risueña así te recuerdo, silenciosa e inmensa así te olvido. Nada pude hacer porque al caminar parece que tú estas quieta y si te vas yo me quedo. Te espero en los frios inviernos y me dicen que apareces en verano y cuando el sofocante sol por fin parece que me deja verte, solo mi vacío me saluda cansado.

Supongo que hay una tarde que vendrás de día y una noche que tu luna no me ilumine, supongo que el viento no te dejará libre, te romperá te atrapará y aunque quieras venir a verme yo dejaré de mirar y de esperarte triste. 

Imagino que la vida sigue y  tú no te sorprendes, porque estás acostumbrada a dormir tranquila en tu remansode paz, en tu voz, en tu quietud privilegiada. Imagino que satisfecha me has abandonado y que no consigues acomodarte a mi lado, que te rompen mis dolores, mis dudas mis sombras y mis pensamientos de escarchas intocables. Imagino entonces que te has ido, imagino que no volverás a la guerra de la vida.

No voy a repetir que te echo de menos, porque sobra el encontrarse sin buscarse y verse perdido, no voy a decir que me quedo pensando y despierta soñando solo un diminuto instante, te siento conmigo.
Ya no busco, ya no espero ya no estás pero yo ya he vivido y sin embargo al no esperar te encuentro, al no soñar te despiertas conmigo, al no pararme a verte, me sigues y si quiero hablarte no estás, por eso te escribo.
No tengo verbos, adjetivos, sinónimos, ni metáforas para decirte lo que aqui digo, solo quiero que sepas que sé que existes y que aunque solo un diminuto instante estés conmigo, te agradezco no haberme quemado el corazón con tu calor y no haberme enfriado la esperanza de seguir contigo. 
Sed felices.

2 de mayo de 2011

Ser madre

No se describir si empiezo por aquí. Pequeña sensación de júbilo con la noticia y miedo, dudas si sabrás hacerlo bien. Una vorágine de, hay que...y tambienes. La sensación de que tu cuerpo cambie no tiene nada que ver con la de sentirse nueva y llena de vida.

De repente todo el mundo esta pendiente de ti y tú de ti misma y de tu cambiante vida, cuando abres los ojos solo estás sintiendo que hay otra vida dentro de ti y que te empuja a ser ,a estar ,a sonreir, a querer y a soñar. Pequeños signos y vuelcos en tu corazón te hacen saber que esta cerca un momento que no podrás olvidar. Visitas a médicos, relajación , ejercicios de preparación y una inundación de pequeños objetos y mucha ternura a tu alrededor.
Nueve meses de esperanzas y sueños hacen que tu vida sean dos, que esos meses sean tan mágicos como maravillosos, que la espera  sea un camino de ilusión y todo llega.

Rozar sus minúsculos dedos con los tuyos, su carita, su pelo, sus ojos, sentirle respirar, por fin a tu lado. Ese pequeño instante es la felicidad, incomparable y de ensueño, la felicidad de querer sin más.
Bordados de seda en rosa o en azul, lo pequeño que ahora vas a ver el mundo a tu alrededor, la idea de sentirte siempre protegida aunque no te lo esperes y el mundo en blanco y negro desde tus ojos apenas abiertos  a la realidad, al nosotros, a tu abanico de sentimientos..

Alli no acaba, allí empieza todo, allí aunque aún no lo sabes, la experiencia será quien te lleve y recorras un camino dulce y hermoso, un camino conducido por el amor que sientes y que es recíproco y cada vez que abras una puerta y te des con ese amor de bruces, nada podrás hacer porque la alegría te hará llorar y te hará sentir otra vez esa inmensa y breve felicidad una y otra vez. 
Acompañar y estar al lado de ese pequeño ser que va creciendo contigo es sin duda la mejor de las experiencias, aquí seguiré...... todo lo que pueda.

27 de abril de 2011

Peti


Atardecer de calma sosegada y quieta, sobre las pequeñas ramas verdiamarillas de un arbusto escondido, al borde del más sutil silencio, al borde del abismo, suave, dormido.

No le da miedo porque el vacío no le importa, le gusta sentirse único y solo llama a otros cuando prevee algo importante, algo inusual e inesperado algo que lo saca de su sórdida absorción del mundo.
El sonido que emite es semejante a un canto repetitivo, una melodía incesante y pegadiza, aunque en general se oye y se distingue con facilidad, a veces no lo escuchamos porque estamos siempre ocupados en oir otras cosas, otros ruidos, otros murmullos, quizás nadie se detiene a pensarlo pero no lo oimos y él lo sabe.

Con sus pequeños y brillantes ojos negros mira extasiado, pero mira con vaivenes, pocas veces se para mirar como mirando a ciencia cierta, mira  a su alrededor y observa con atención si alguien le mira, parece que espera algo. Abre y cierra esos pequeños puntos negros meneando sin parar la cabeza de arriba abajo.
 Redondeado e inquieto, se agacha y se estira y se vuelve a inclinar como buscando hacia donde ir o dónde encontrarse mejor situado. Su aspecto vivaz y juguetón hace que no quieras dejar de mirarlo y revolotea sin descanso de rama en rama deteniéndose a sobrevolar un rincón del suelo para caer en picado y buscar alguna semilla.

De repente se para , se detiene en un montoncito de hierba, sus patitas delgadas encuentran lo que quiere, levanta la cabeza y mira a su alrededor y nos encontramos los dos, él en su absorta resolución de mantener un contacto directo y sin miedo alguno adelanta un salto que para él es un paso y más miedo tengo yo de dar alguno, de respirar siquiera, de soplar suave, de moverme sin más, no quiero asustarle pero más asustada estoy yo de tenerle tan cerca, sus plumas brillantes de un rojizo intenso en contraste con el ocre de sus alas de repente me sacan de mi miedo y él ya no es él y yo ya no soy yo.

Al unísono damos un paso atrás, yo doy un salto y él un paso, me mira con sus ojos pardos y yo con mis ojos negros y pequeños, sonrie y despliego mis alas sin planear demasiado y vuelo cerca de él esperando que no deje de mirarme y él lo hace, se gira jugueteando con mi incredulidad de sobrevolar sin saber...... me siento libre, pequeña,  ágil , el verde de las hojas de los árboles está tan cerca, las pequeñas motas amarillas de los troncos se deshacen en mis patas delgadas, bajo y levanto la cabeza sin descanso y le busco, él me sigue, no me ha dejado de observar y sonrie feliz afianzado al suelo erguido me saluda y eleva la mano extendiendome algo en ella, pero yo no voy, abro las alas y vuelo un poco más, la brisa suave del atardecer se entremezcla con mi cuerpo, siento su soplido como una caricia, renuevo mi aire, renuevo mi alma, cierro los ojos, bajo otra vez y me poso a sus pies.


Rojo intenso, negro vivaz, pequeño y efímero, maravilloso vuelo. Ya somos otra vez, tú y tus pequeños ojos negros y yo y mis pensamientos. Gracias por dejarme volar.

25 de abril de 2011

Pinza de Abril

Mira de lado, su sonrisa siempre es seductora, aunque los años hayan pasado por su vida, él sigue pensando que es espléndido y que esa mirada no falla, ese guiño no es en vano y que al viento, deja un halo de frescor cada vez que enseña el medio lado de su rostro contento. Ya vuelvo, parece decir con todo su cuerpo. Traje de chaqueta casi marrón , no me atrevería a decir que el marrón sea su color favorito pero esa sí es su chaqueta favorita, las coderas desgastadas pero impecables, jersey a juego camel mate, las trenzas que recorren a lo largo le hacen más elegante, camisa beige muy bien planchada, los pantalones negros con pinzas y la raya de los 60 grabada al plancharlos eternamente por el mismo sitio. Los zapatos brillantes, pareciese que va a conquistar el mundo entero. Sube ágil y decidido en el sillín de la bicicleta y pedalea campo a través, los caminos le recorren a él , a su paso todo se alegra, todo se ilumina, las madreselvas piensan que es primavera aunque allí es abril y empieza el otoño, da igual la vida está a su alrededor. Silba y su silbido es un canto a las versiones de caminantes jubilosos que lo escuchan y deciden sonreir al verlo de cerca. Cuánta vida en una sola acción, cuánta sonrisa y cuántas ganas. 

Pedalear es conservar el equilibrio en cierto modo, saber cuanto más a la derecha y cuanto más a la izquierda debes mantener tu propio peso para seguir erguido, pedalear significa continuar y el reto es seguir pedaleando, continuar en el camino que decidas manteniendo el eje de tus propias coordenadas de tu propio impulso, de tu movimiento. Sobre dos ruedas poco hay que pensar aunque si te mantienes encima del sillín es porque dominas el arte de la sinuosidad del pedaleo y de sus retos ondulados.
Pedalear es un arte que no conocía hasta que lo conocí a él, y me pareció un mundo mágico de ires y venires, de sonido y formas sinuosas, de llévame que no me atrevo, de tardes de caramelo de azúcar de caña, de olas prohibidas y guijarros gigantes que escondían mis pies, de atardeceres en la puerta esperando verle llegar fugaz e insólito, de migajas de pan en la leche que no me gusta, de sopas bobas, de palabras de risa, de bocadillos de queso caliente, de libros con olor a antiguo, de olor afeitado brillantina, de muñecas de lejos, de tardes de fútbol y de no me dejes diciendote adiós.
Es curioso verle alejarse por el camino pedaleando, va despacio, seguro, felíz y se decide a veces a mirarte, sonriendo despidiéndose alegremente con su sonrisa adolescente, adolescente a los 50, a los 60 a los 70. No se sabe cuantos tiene cuando te mira así, no se sabe si su vida ya pasó o está por venir.
Aún tengo la pinza de sus pantalones, solo la pinza para sujetarlos y el pedal no roce los bajos y pueda seguir pedaleando, esa pequeña pinza aún me sujeta a ti. No se pedalear pero te sigo aunque sea caminando.

24 de abril de 2011

Guitarrista dormido.

Un guitarrista, zapatos roídos y pantalones desgastados, el pelo corto muy bien ordenado y sin embargo el instrumento brillante y bien afinado, sonrie al sacarlo de una funda destartalada que coloca a modo de caja de la suerte, de esa que espera que los que pasamos por allí le dejemos algunas monedas. Me detengo y le sonrio de lejos, nunca me acerco, aún tengo interiorizada la voz de mi madre diciéndome que no me acerque a desconocidos, y aunque para mi él ya no lo es, conservo la distancia del espectador y el artista.
Me dedica una canción de la vieja trova al verme, creo que adivina mis pensamientos, o quizá sea solo coincidencia, pero sonrío porque la melodía de aquella vieja canción me recuerda a mi niñez, a mi adolescencia, a mi juventud, a mi familia, a mis amigos y a mi, el instante pasa rápido según sean los pasos que doy ese día, pero los segundos se quedan grabados durante varias horas y tarareo sin querer la incesante canción.....su partitura se enlaza con lo abrupto de mi vida, igual que las notas, sube mi ánimo y baja como cada una en el pentagrama, me siento parte entonces de ese hombre, y de sus pantalones desgastados, de su sonrisa maniaca, de sus aspecto desordenado, de su música especial.
Suave y lento, delicado y frágil allí está, entre sus dedos se aferra la guitarra y ella a él. Las notas siempre continúan aunque yo ya no esté. Avanzo por el tunel del eco dormido de esa musica, de sus desgastados dedos encima de las cuerdas, avanzo por el torbellino de sus does y sus res sostenidos o no, bemoles o no, una melodía no deja de acompañarte siempre te sigue, solo hasta que tú quieras.

23 de febrero de 2011

Una cosa

Hay una cosa que no te dije, se quedó suspendida en el silencio, las horas fueron pasando, después los minutos y cuando empezaron los segundos me di cuenta de lo que guardamos, de lo que cerramos nuestros labios, de lo que no te dije.
Después cogí el camino, andando, en metro o en coche y me fuí como si no fuera, mirando como si de verdad mirara, pero no, no estaba en eso, estaba en lo que no te dije. 

Por ensayo y error practico lo que pienso, que haré al volverte a ver, y digo la frase silenciada de unas mil formas, empiezo, acabo y vuelvo a empezar. 
Respiro, veo las calles despiertas, la gente riendo, los niños y la vida en si. Ya me siento mejor lo ensayado lo guardo en bolsillo, en ese bolsillo de mi cabeza en el que tengo ordenadamente las ideas correctas que debo decir y que no debo olvidar, me acomodo el cabello, como si eso ayudase a que todo esté en perfecta armonía con mis pensamientos. Mi sonrisa aparece y mis suspiros perfilan una nueva oportunidad, un nuevo día,  volver y decirte..ese es el fin.

Las palabras adormecidas esperan salir a una luz que las oiga, pero de repente me doy cuenta del tiempo, de ese tiempo que ya pasó, esa oportunidad perdida, ese vacío de no haberte dicho, ese sonido en mi cabeza que palpitante golpea intentando salir de su agujero oscuro y triste, justo en ese momento en el que no te dije, ni siquiera con los ojos, no te dije, una cosa.
Vuelvo a buscar el bolsillo de ideas y encuentro lo ensayado, lo abro, lo examino, lo corrijo y lo guardo. Y es allí donde se queda la mayoría de las veces. Allí esperando y sintiendo, allí solo perfecto y armónico pero dormido.
Lo siento.
Por lo que no te dije.

21 de febrero de 2011

¿vienes?

Oigo el sonido del viento, no es un leve murmullo el que  traspasa mis sentidos, ni es un sonido frágil de estremecedora calma, sopla y silba fuerte como una vorágine de sentimientos, como ese cúmulo de estados que albergo hoy en mi mente, en mi cuerpo, en mi corazón y en mis ojos llenos de lágrimas.
Dentro de mis esquemas organizados y mis espacios milimetrados la pena apenas casi cabe, pero se anida y hace hueco, esgrimiendo, arañando, invadiendo como una nube gris cada espacio sin ti.
Oh! melancolía estúpida de adversas irregularidades, de sueños destrozados y vanos recuerdos, oh! melancolía fría de invierno lluvioso y desolado sol.
Desespero, por tenerte un poquito para poder rozarte con mis pensamientos y mis labios, para despegar contigo y amanecer en cualquier lugar...da igual que llueva o no. Ver el suelo mojado y la hierba crecer por donde quiere, caminos sin camino y árboles torcidos sin importar por qué, cielo, calma, horizonte, paz, musgo, aire, brisa, bruma, niebla. Ver resplandor de naturaleza y sentirte cerca, muy cerca, pisando mis pasos y mirando mis ojos que te buscan...sí, desespero por tenerte.
Sé que estás pero tu presencia dormida no me vale, tus promesas de volveré me ahogan aún más y tus palabras de aliento me faltan y sigo hundiéndome en la oscuridad.

Te necesito, te busco y no puedo  más.
Ven pronto.....alegría,quietud, sonrisa...ven luz, ven con tus ánimos...ven con tu amor.

27 de enero de 2011

Despacio

Desaparece a veces la efervescencia de lo cotidiano, deja huellas suaves como rozando con sus dedos la vida en una caricia, suma una pérdida en el aire que se mezcla con lo violeta del ensueño de todos los momentos vividos. Su ausencia es cada vez mas rotunda , se respira, pero se respira también su calidez completamente opuesta al momento en que vivimos. Los recuerdos nos van invadiendo por momentos y la soledad se ve en la capacidad de hacerse un hueco en nuestro corazón. Parece que es más que necesario sonreir y respirar, ser y estar, pero se hace cuesta arriba, y solo una voz nos llama desde el mundo que está bajo nuestros pies, escucha.... escucha esa voz y sonrie siempre, vive, ama, sueña y deja que las palabras sean las que llenen un poquito de esa ausencia y de esa inesperada partida.

25 de enero de 2011

25. Leer

Cada uno de los años siguientes transcurrienron deprisa, era como si yo misma no me detuviera a soñar en los mundos que siempre me acompañaron, disfrutaba del aire del sol y de la compañía maravillosa de mis inseparables amigas de siempre. Bajaba a tomar helados, a patinar, a pasear por la montaña, a decir y reencontrarme en esas acciones, en esa frases, en ese nuevo mundo plano y sin sobresaltos. Una nueva etapa se abría a la más esperanzadora vida.

Mi profesora de 6º que en ese entonces llevaba el pelo rojizo y parecía que en lugar de peinárselo lo despeinaba, porque lo traía indescifrablemente alborotado, nos propuso una actividad  en clase, debíamos hacer una redacción de tres páginas de una pasaje de nuestra vida y entregarlo en dos semanas. Para mi el mundo se detuvo, cuando me puse delante de ese trabajo, no sabía si volver a despegar los pies del suelo y dejarme llevar o simplemente hacer como todas mis compañeras, contar las cosas sin más...es difícil decidir cuando tus palabras callan y tu corazón está dormido, no lo supe hasta ese momento.

Busqué aquel cuaderno de gomas fuertes que un día cerré y guardé, pero no lo encontré por ninguna parte. Pregunté a mis padres, a mi abuela y lo busqué otra vez sin éxito...su búsqueda se convirtió en una incesante intranquilidad, en realidad no sabía volver a empezar, a respirar mis sueños, mis propias alas no se abrían y ya no sabía cómo volver a  mi mundo especial. Mi madre intentó animarme y empezó a contarme pasajes de mi vida...infinitos, de cuando empecé a nadar, de cuando iba y venía con el abuelo de la mano, de cada otoño, de cada verano y de los inviernos sin gorros ni bufanda corriendo todos detrás...que se resfría la niña!, pero eso era lo cotidiano, lo previsible, lo vivido y yo era más cosas.

Decidí cerrar los ojos y mirar hacia adentro, eso dicen los psicoanalistas que vienen siempre bien, pero no se si ellos lo han hecho porque a mi no me sirvió de mucho, en realidad pienso que lo dicen para impresionar o quien sabe porqué, sopesé otros métodos como recordar, pintar, hacer dibujos, etc. Pero nada me valía.
Ese fin de semana mi abuela me llevó al ballet, la gran obra de Cascanueces estaba ante mi, espléndida, mágica, llena de ilusiones y sueños, rosa y fina, suave como un pequeño cristal, pero no me ayudó mucho. Volvía a casa triste y mi abuela preguntó si es que no me había gustado el ballet, le dije que si muy bajito,y entonces me llevó a una gran papelería de esas en las que hay mesa para los niños, alfombras de cuentacuentos, estanterías repletas de un sinfín de títulos, allí estaban todas las historias, todas las letras, todas las palabra y sensaciones....y de repente ese mundo se abrió ante mi, cogí el cuento de cascanueces, lo abrí y al empezar a leerlo todo se volcó a mi alrededor, ahora estaba entre elfos, duendecillos y  gnomos, entre ratones y soladaditos de plomo, entre bellas marionetas y princesas, bailarinas, todo era otra vez y  todo no era a la vez.
- Lena, nos vamos? Quieres ese  libro?
- Si abuela...y ...GRACIAS!!! y le día un gran abrazo por devolverme a mi y a mis sueños, ella nunca lo supo. Yo ya no dije. Había vuelto a soñar.....

24 de enero de 2011

24. Nadie

Desde los días que al parecer pasan sin sentido, mi vida iba creciendo en palabras, en explicaciones, en saberes y en razonamientos. Lástima que la vida no sólo se llena de eso, también están las dudas, los temores, los sueños y las frustraciones. 
Desde los días, la vida se me iba quedando pequeña, como mis 10 años, pensaréis que la vida nunca es demasiado pequeña, pero para mi si lo era, y un torbellino de penas a veces, inundaban mis razones de colores cálidos y azules.
Pensaba en lo lejos que quedaban entonces los unicornios rosas con cuerpos alados, lo borrosos que se hacían los días de otoño de algodón de azúcar, la ausencia de la mano que te acompañó y que ahora está a dos metros de ti, los brazos que te acunaron y ahora ya no te cogen, los ojos que ya no te miran solo en ocasiones especiales, la ternura de un beso, las palabras que se quedan y se callan pero que tú esperas y a veces no debes..no debes esperar.

El desvanecimiento de una infancia me hacía pensar en que crecer quizás no era tan buena idea, que mis ganas de ver y sentir el mundo a mis pies debía ser más despacio, pero los días y su ritmo vertiginoso no se detienen, no paran, no se resuelven. 

Atrapé mis sueños en un libro cerrado con gomas lo bastante fuertes para no abrirlo jamás, que nadie leyera mis pesadillas, mis ganas, mis gritos al vacío y mi modo de levantarme en el vuelo de mis sueños, que nadie lo oliera ni a café, ni a chocolate, ni a frambuesa ni a campanillas perfumadas, que nadie se acerque a mis secretos sombríos, a mis razones, a mis miedos y a mis explicaciones de como veo el mundo con mis gafas azules. Atrapé mis letras y mis sentidos, mis palabras y mis sollozos, mis ganas de pedir y mis ganas de preguntar, atrapé mis cosas, mis eternas cosas valiosas que aún conservo. Atrapé mis ganas, mis sueños y mi corazón acongojado. Atrapé mi mundo sin dejarlo salir.

Una Lena cambiada, crecida, con ganas de ser adolescente. De ver el mundo con ojos risueños, con esperanzas de que lo amarillo sea amarillo y lo verde verde, que lo pequeño sea pequeño y se albergue en mi corazón como lo grande. Una Lena, hija, y alumna, libre y sonriente, una vida de aprender a tropezar sin soñar.

Aunque por las noches, cuando la luna silenciosa aparecía en el cielo negro debajo de mi piel  o en un rinconcito de mi cabeza, de mi corazón, de mi respiración ...se oía bajito: vuela Lena, sigue volando....y yo cerraba los ojos, como ahora y me dejaba llevar.

17 de enero de 2011

23. Descripción

Sobrevolando el horizonte, solo se ven las alas desplegadas hacia el sol, el borde del plumaje color violáceo como indicando el inicio del atardecer de un día intenso  deja paso a la oscuridad, que solo podrá alumbrar la timida pero resplandeciente luna. El cuerpo de un ave sumergido en un raudo vuelo, como con ganas de no parar, de continuar desplegado girando levemente la dirección, planeando su movimiento con destino incierto.

Al  fondo y a lo lejos el bosque se desdibuja, pero se intuye lo que hay, vegetación de verdes intensos, sombrados de una ligera sensación de tarde, de gris alegre, de reflejo del viento plateado, de hojas degradando su propio verdor para parecer que no estan defindas, sin forma, sin orden, sin registro establecido, libres, verde libre, gris esperanzador.

Delante el agua,un riachuelo de vida lleno de guijarros blancos, que hace reverberar su sonido una y otra vez, pequeñas burbujas, que se agolpan queriendo abrirse paso entre lo rápido que va la corriente, como si no pudiesen seguirlas, presurosas, impacientes por llevar y llenar de vida el agua que las contiene. El rio es sinuoso, lo bordean pequeñas hierbas, algunas amapolas y lilas, gran parte de su cauce se ensombrece adquiriendo un brillo especial, es la sombra que proyecta un gran sauce que se sitúa a un lado, su tronco lleno de motas amarillas soporta una gran copa de ramas y hojas diminutas verde-amarillas que caen dejando reflejos de luz en el agua, traslúcida y cantarina. 

Mamá...mira.
Lena es precioso!, me gusta como pintas.  
Y las dos nos abrazamos mirando aquel lienzo que se llenó de vida, en el que el blanco se quedó solo en la paz de mi corazón de niña.

15 de enero de 2011

22. Otro

Otro más, otoño llegó con sus hojas doradas, resplandecientes, por los caminos sinuosos que atravesaba a diario  para volver a casa de la abuela a comer. Era señal de que tenía 9 años y mis amigas y yo íbamos a caminar por un bosque de la sierra ese fin de semana para pasar un rato divertido juntas. Mis padres me regalaron muchas cosas libros, porque me encanta leer, una mochila con ruedas rosa con una minimuñeca patinando, un jersey de cuello vuelto rojo y con líneas doradas que parecia de navidad y recibí muchos regalos más, lo pasé muy bien y sin darme cuenta me fuí haciendo mayor, había cruzado una delgada línea para ser una niña autónoma, independiente, ahora opinaba y decía, preguntaba sin ningún cuidado, sin sosiego, sin calma, ahora mis preguntas eran del mundo, de lo que quería saber de lo querría algún día decir sin tropiezos.

Minuciosamente recopilaba recortes de los recuerdos maravillosos de mis años pequeños, mis cosas, mis tesoros, los iba enlazando uno a uno como si tejieran en sí mismos una historia sin palabras, como aquellas historias mudas de antes, de la época de mis abuelos, entretejían en cada superficie un halo de melancolía y de ganas de ser yo otra vez, y cuanto más las miraba más feliz estaba de tenerlas. Ahora las veo, una  a una y recuerdo a la perfección el trocito de felicidad que me trajo cada una de ellas, ensombrecen a veces mi vida actual, pero me brindan la oportunidad de despegar los pies del suelo y volar.....hace mucho que no vuelo.

Mi madre me aficionó a la pintura y descubrí a que a través del color también podía sentir y decir, soñar y recorrer caminos distintos, y empecé a pintar, el lienzo blanco sobre el caballete me daba la sensación de encontrarme, y me veía dentro de ese manto blanco como nieve, como nube, como espuma y me diluía y me vaciaba y me llenaba de ese blanco, para llenarlo de color y de sueños.

12 de enero de 2011

21. Princesa

Volando seguía la vida mi alrededor, mis viajes en verano, las casas de mis abuelos con olor a café y pan tostado, mis amigos de verano, los de invierno y los días al sol al borde del mar, mis pies y de fondo lo azul, el cielo y el mar separados por una insólita línea. Sin duda los días de verano, cálidos, claros, frescos y con manchas rosas en el vestido, de tanto helado durante el día, sin duda, sí ; esos eran los días de paz, esos eran los de crear y volar como la vida misma.

Mi melena, empezaba a ser acariciada cada vez que me sentaba mirando las olas, como vuelven y se van, como terminan sin acabar y como su sonido estalla en tu corazón pero te deja paz. Mi madre siempre estaba con sus manos suaves acariciando mi melena, quizás porque no entendía muy bien por qué miraba absorta el mar que me seducia con su magnífico azul, ella no imaginaba que los granos de arena pegados en mis pies eran para mi rubíes centelleantes de luz que me recordaban a las princesas de los cuentos, esos cuentos fantásticos que se les dice a los niños sin pensar . Soñaba con cenicientas y carrozas de calabazas tiradas por ratones, con hermosas doncellas esperando en una torre o con aquellas que se enamoran de bestias feroces pero las princesas de mis sueños, no solo eran rosas y dulces, con coronas de sol y flores que les rodeaban, también eran valientes y fuertes, capaces de cruzar una mazmorra lllena de serpientes, buscar sin parar, caminar sin descanso y volar sobre seres inimaginables, mis princesas se llenaban los bolsillos de ganas de correr hacia un abismo y mirar hacia abajo porque quizás allí estarían los mejores secretos guardados para cruzar al otro lado, mis princesas buscaban el inicio de la luz de un arco iris de colores desordenados, buscaban el principio de una historia arriesgada, no les importaban los principes apuestos ni azules, ni los valientes guerreros, ni los bufones, ni siquiera los poetas; a mis princesas les encantaba contar y seguir en la historia mientras alguien acariciaba su melena  y así seguir......sin fin.

11 de enero de 2011

20. Pluma y papel

Las ideas te dejan de golpe a veces, creo que eso era señal de que me iba haciendo mayor. Tener ocho años implica responsabilidad pensé cuando abrí mi primer regalo: pluma y cuaderno de piel. 
En él decidí escribir todo cuanto ocurriese en mi mundo interior, nada menos que una emprendedora lucha de creer y saber, de soñar y perder.

Mi letra era clara y redonda, los cuadernillos Rubio habían hecho gran parte de su trabajo y en el intento de ser cada vez y de expresar cada vez, todavía la letra era más clara y transparente.
Me vi allí, frente al papel satinado, color hueso, pequeñas arrugas desdibujaban sus sinuosas páginas con borde dorado, pues si que lo ha buscado con detalle mi madre, pensé. La pluma se deslizaba suave, como bailando sobre aquellas páginas, débil y sutilmente, se adentraba en cada partícula del papel que se detenía pensando.
Y yo no podía seguir, no me salia nada...mis pensamientos eran en ese momento difíciles de expresar, mis sueños estaban rodando sobre montañas nevadas o quiza flotando sobre aguas cristalinas en algún riachuelo al borde del camino sinuoso de algún bosque sombrío, mis palabras desechas sobre el aire, cada letra, cada sonido se lo llevaba el viento como un eco silencioso por caminos de niebla, de nube, solos y vacíos.

No pude seguir, no pude decir ni escribir, había pensado que no pararía, que seguiría sin fin, como siempre, como cuando te ries y te sigues riendo aunque ya hayas parado de reir, como un movimiento contagioso que hace que sigas y sigas, pero no, no pude.

Y solo llegué a escribir casi sin pensar y sin saber, sin darme cuenta de la pluma recorriendo el papel.

Cerré aquel cuaderno pensando en no escribir más y jugar como todos los demás niños, coger la bicicleta y llamar a mis amigas y soltarnos la melena y con el viento en contra pedalear, comer chuches y decir que revista leeré mañana, parar en una papelería y comprarnos comics para saber la continuación de una historia de aventuras, una historia de amor o una historia de magia....y seguir así...sin detenerme, sin contar y sin decir.....sin escribir.

Pero siempre se vuelve, y yo volví, abrí el cuaderno...y solo leí:

"Te quiero mamá"

Entonces me dí cuenta que si que había escrito mucho.