16 de abril de 2014

Sigue siendo... abril



Tengo frío, y eso que es abril, un abril que en otro tiempo fue otoño.

El día empezó gris, como las cosas que a veces no queremos que lleguen. Gris azulado y llovizna a la vista, dicen que en primavera el tiempo es cambiante y el roce del aire en tus mejillas no es más que la despedida de un invierno que no quiere dejarte.

Duerme y despierta abril sombrío como cuando las florecillas cierran sus pétalos cuando el sol se va, duerme tranquilo y sueña con gotas de rocío, con palabras tiernas y con deseos de despegar, sueña despierto o dormido pero cierra los ojos al sol y déjate llevar. Las mil formas de hablar se salen de tu boca y se posan en tus ojos, cuando al despertar sabes que hay alguien en los que los puedes posar sin vacilar, con la inmediatez de un acto reflejo y con las mismas ganas cada día, con las mismas.....

Recordaba esas palabras de una lectura apartada en un día bajo la sombra de un frondoso pino, pero me recordaba desdoblando una hoja de un cuaderno infantil, una hoja ya desgastada, no así las palabras que encerraba , las que cantaba, las que decía:

"....En este vagón camino a nada, apenas el sol se levanta en el horizonte, una noticia triste con un paisaje impetuoso y las montañas no sonríen solo están tus ojos. Me levanto y te miro buscándote porque se que no estarás, hago que duermo pensando en seguirte y mis pensamientos me conducen por caminos infinitos, playas de piedras en miniatura, parques con gigantescos árboles y frondosas copas que dan sombra a mis pies, me siento segura en esos pensamientos pero vuelvo la mirada y no estás. Quizás sea repentino esto que sucede o nunca se esta preparada para cosas así, pero el vagón avanza lentamente crujiendo en cada vuelta de rueda y las vueltas me mezclan entretejidas al tiempo hacia atrás, hacia adelante, hacia atrás, en un vaivén de recuerdos, bicicletas arriba en una cuesta a la que yo nunca podría llegar, siempre magnifiqué ese momento en que los rayos giraban despacio hasta que se perdían de vista y se hacían transparentes, levantaba la vista y el camino ya te llevaba siempre cuesta arriba, la pinza en tus pantalones era la forma más peculiar de acomodarte a la velocidad, supongo que la aceleración era paralela a las ganas de llegar a donde fueras, y así te pienso pedaleando allí donde estas sonriendo y girando mil veces las revoluciones de esos rayos de tus ruedas. Cuando en la distancia desaparecías de  mi vista era inevitable mirar al cielo y me gusta pensar que aún cuando lo miro es porque acabas de marcharte. Esta vez hay pena y mis ojos sin querer vuelven a llorar, sucede que a veces el bolígrafo y las lagrimas se mezclan y muchas veces escriben definiendo las letras que después no puedo descifrar, pero me da igual, la gente que esta a mi alrededor duerme, es muy pronto porque este es el primer tren y yo sigo. Algo me empuja a oler a caramelo y a dulce, a barquitos de pan sobre leche viajando en la cuchara de ida y vuelta, a sopa caliente que como Mafalda no me tomaría pero huele y también huele a sal, a lápiz , a polvo del camino, a jabón y a ropa recién planchada. 
Ya casi llego, y el tren se para, mi viaje a durado años y se que te has ido, no me has esperado pero igual voy a ir a verte a despedirme y a volver a mirarte aunque sea por ultima vez. Hay una persona que se alegrará de verte llegar allá donde vayas porque se que te espera, dale un beso de mi parte y una lagrima doblada en mil recógela y llévala contigo, porque yo soy así lágrima y palabras, no se te olvide.
La luz del amanecer y unas pequeñas gotas caen y me despiertan, miro al cielo, dos arco iris, dos, unos sobre el otro iluminan mi camino hacia ti, dos como vosotros dos, como tu y como yo, como dos soles, como dos lunas, dos es un fenómeno raro, por eso es que ahora sin ti, solo me siento una. Si supieras, que seré una, una solo, fuerte y decidida, lo seré y una no es poco. Lo aprendí en medio de este viaje, mirando tus ojos risueños y diciéndome, no te creí capaz, pero si, solo soy una y fuí capaz, lo aprendí en un recorrido de un tiempo que parece abril......hasta la vista........"

Volví a doblar esa hoja escolar, y la guardé sin lágrimas y con una sonrisa por los arco iris y  por saber que no estoy sola aunque sea una, por saber que me sigue pareciendo abril.


18 de marzo de 2014

Cuando Marzo

Un click, la cámara capto y guardó las finas gotas de lluvia que caían sobre su paraguas negro, era una tarde de invierno. No había hecho todas las fotos que quería porque se distraía con imaginar su sonrisa y pensar en su compañía.

Aún recordaba cuando la saludó en la puerta de aquella oficina de correo. Intentaba enviar una carta, de esas que se mandan con un sello que a veces hasta era divertido conservar.... y allí estaba ella y empezó otra vida distinta desde que la conoció.


Abrió la puerta de su casa, tiró las llaves y dejó la cámara en la mesilla de la entrada, a través del cristal de las ventanas se oía la lluvia que cada vez se hacía más fuerte, el día era gris pero la luz que dejaban pasar las nubes era tenue y tímida, hacía recordar que aún no era tan tarde. Se preparó un sandwich y se dispuso a disfrutar sin pensar en lo que vendría después. Cogió el papel suspendido entre los libros de la mesilla del salón, el silencio se rompió con el sonido de sus propias palabras leyendo:


Vuelve, vuelve cuando marzo se vaya y nos deje otra vez llorar con ganas. Vuelve si el sol se queda y su luz translúcida mezcla la brillantez con mis lagrimas para que no las veas.
No sigas andando en tu afán por desaparecer si la vida te hace volver la vista sobre mis pequeños pasos y mis pequeñas miradas en las hojas diminutas de las flores de los almendros. No lo pienses, también se puede querer sin soportar y amar sin sufrir, si sabes que los días estarán llenos de pequeños momentos situados en la paz de un abrazo.
Vuelve siempre y la tierra de los caminos recorridos juntos se alegrará de vernos otra vez, posándonos en ella, sin mirarla casi, porque nuestros ojos atravesarán rincones infinitos de cuadros plasmados en segundo de disparos, fotogramas animados que nos hablan de cómo somos, de como fuimos y de como seremos; pero ella lo entenderá, la tierra sencilla y serena esperará siempre a que volvamos la vista.
Vuelve si quieres, con la convicción de que ya no te espero, pero serás bienvenido a la cálida e incesante melodía de mis palabras dormidas.

Aún no podría creer como se desvanecía el tiempo en sus recuerdos, ecos sordos de un rincón de sus emociones dormidas, cuando los minutos le hacían vivir como a tantas personas en un vaivén de cotidianas luchas consigo mismo, reflejos de un tiempo tan lejano que revivía una y otra vez como esperando....esperando a que marzo acabe y empiece abril. No podría olvidarla y pensó en soñarla despierto en cada una de las flores que brotaba del almendro.






23 de febrero de 2014

Cielo

Por el retrovisor miraba los tonos malva que aparecían en el cielo, tenía ganas de irse porque parecía que era lo correcto. Los días de invierno a veces alargaban la mano y le tendían su frío, un frío que helaba su corazón.


Desde su habitación miraba a través de la ventana, aún no sabía muy bien como explicar lo que pasaba por su cabeza pero se decidió rápidamente, cogió un bolígrafo, aquel que le regalaron en la despedida de trabajo que dejo años atrás. No se preocupó del papel solo de lanzar sus ideas y sus sentimientos, dejándolos  flotar en la densa nube que ahora cubría su habitación e invadida por un modo, un único modo de transmitir.

Me iré, sin hacer ruido, sobrevolando, nombrando bajito cada una de las cosas que me gustan de aquí, unas zapatillas rosas, la mesita del comedor, los pájaros mirando de reojo desde el cuadro de la habitación, las esquinas del sofá, las baldosas del suelo que acogían mis pasos, el verde de las plantas, el botón de las cortinas, el reflejo de la luz que atravesaba los agujeros que la dejaban pasar.... y me iré con el aire que entra por la ventana de una habitación desordenada, de esa que parece pintada con acuarela en tonos pasteles. Ya no seré tu lado de locura ahora seré la realidad. Ya no volveré, solo quiero dejar de ver con gafas rosas la vida, ahora quiero andar mi camino sin deshacer lo andado pero despacio y con mi propio aire.

Que distinta la perspectiva después de escribir. La taza de café esperaba fría, y el olor a tierra mojada la hacía volver, yo esperaba al otro lado de la mesa, la observaba con un café también frío, no había respuesta a ninguna pregunta, ni consuelo. Solo era como un espectador de una escena en la que el cielo era el protagonista, sus claros amarillos definidos, sus grises azulados encantadores, los blancos deseando salir entre ellos y lo espectacular de una degradación en tonos rosados, violetas que espejeaban relucientes en el borde de su piel y sus cabellos, todo la iluminaba pero ella estaba apagada. Ninguna razón sería suficiente para sacarla de lo que invadía su cabeza, despedirse no es fácil, ni sobrevolar tus sueños dejándolos ir, cuando crees que todo esta perdido duele pensar y duele no hacerlo, no te descubres nada solo sigues adelante despacio sin mirar nada mas. Y ella no miraba la luz que insistente atravesaba los cristales.

A veces el invierno trae tardes preciosas, nuestros ojos miran extasiados tanta belleza, no es posible resistir guardar esa imagen en la memoria, esas tardes inquietantes donde el cielo se abre de cualquier color y se cierra de repente dejándonos a oscuras. 





8 de enero de 2014

Imaginando

    Vengo de donde van los sueños y a veces estoy perdida, vuelvo y me encuentro despierta, porque no se soñar. Cada luna y cada estrella insisten en que duerma, todo el mundo sabe que es así, pero yo no tengo ganas de terminar.

    Imagino que los cipreses no duermen y de tan altos pueden ver mas allá, que desde las colinas serpentean las luces de los pueblos y ellas miran quien brilla más, imagino que soy pequeña y que voy por tu calle, que me ves a escondidas, detrás de las cortinas, viendo solo un lado de mi, el que te deja la luna que me  ilumina.

    Entonces despego en una carrera sin freno, la paciencia del tiempo no me acompaña, no quiero palabras ni ojos mirando, ni llantos, gemidos ni abrazos, solo quiero llegar entre penumbras a lo que es lo seguro, lo fácil, donde me encuentro completa, porque mis mitades están repartidas entre las personas que habitan ese lugar.

    Busco ese lugar, el lugar cálido, el de los tonos suaves sobre el pentagrama, el lugar donde los soles son soles y las lunas, lunas, donde si hablo me escuchan y donde me ríen.  Es en ese lugar conocido y lo se porque he visto los rostros que son como estaciones con lluvias en los ojos, con soles de alegría, con hojas amarillas que arropan el viento y se sonrojan, lo busco... que lejos está.

    Por fin encuentro la puerta, sin esperar entro asustada, porque se que me has visto llegar, dudas en decir pero yo se que estas allí. Las luces de colores se encienden y se apagan dan un brillo especial a la estrella que está en lo alto del árbol, huele a turrón, a chocolate y asado, me abriga el calor de los abrazos que daré, la mesa puesta un mantel rojo y copas, cubiertos especiales y velas que me recuerdan que día es. Ya estoy a salvo, ya no temo, ya no sueño, ni quiero dormir.

    Sin embargo, sigo pensando que estoy perdida y que ni el calor de esa casa ni los preparativos de fiesta, ni saberme arropada me dejan encontrarme. No me he dado cuenta que tus ojos posados, tu llama encendida, tu noche en mi luna y los susurros del aire helado que he traído conmigo, no se van ni se irán. Voy a las sueños y aún sin dormir ya se que es soñar. 

    Todas mis mitades, mis ojos y esas estrellas que tu insistes mirar ya no son mías, son las que tu has puesto y ya no soy silencio.....solo palabras, palabras dormidas que quieren despertar.