18 de julio de 2011

Lo vivido

Camina despacio sobre sus pasos seguros, sabe a donde se dirige y por eso no tiene prisa, mira al horizonte como si de verdad creyera ver algo detrás porque allí donde se junta el mar y el cielo se juntan también sus esperanzas. Su cabello de espuma y brisa le cubre delicadamente y él se deja arrastrar por los años, sin miedo sin remordimientos, sin cansancio. Si lo buscas desde lejos, puedes confundirlo facilmente, pero si consigues percibir su imagen, ya no puedes perderlo de vista porque atraviesa tus ganas y tu mente, tu necesidad de reflexión, de sueños y te inquieta.

Y te paras cuando un rayo de sol atraviesa tu piel, te miras y percibes que el mundo se detiene que tú lo detienes para comprobar que te sabes dentro de la vida, dentro de un tiempo que está pasando, que no te deja parar que te lleva, y él sonrie, él ya lo sabe. Tú no caminas contra el tiempo pero a veces te gustaría saborearlo mejor y a eso se aprende.
 
En la calle soleada bajo una sombra rayada de palmeras que se alzan al cielo, en un banco tu mirada no puede dejar de verlo como el que mira donde vamos a parar, y en silencio se despiertan los recuerdos desiguales, inquietantes, vividos, amados, llenos ahora de vacio y soledad, de canciones pegadizas que te hacen sonreir y de miradas que se escapan y no sabes a ciencia cierta a dónde van.

Saboreas las horas dormidas y cuando vuelve a pasar, su mirada hace que todo se detenga y te mides quien sabe para qué, quieres tu osito, tu ángel,  tus historias de cuento, tu reloj detenido, los abrazos protectores, quieres tu mar, tu girasol, tus nubes con formas y tu mano junto a una como la suya  diciendote ya pasó. Te mides y te sabes que has vivido, que has andado, que no ha estado mal.

Cuando se vaya el sol y él con la luz, el día se torne grisáceo y las palmeras dormidas ya no te dejen verlo, tus ojos volverán a ser tuyos y tus pensamientos los de siempre, pero la vida ha pasado y tú lo sabes y se ha posado sobre tus sienes cálida y discreta, y pensarás que es mejor que se quede y renuncias a tu corazón de llanto, a tu corazón de penas y quieres volver a ver la vida en esas manos, en esos pasos, en esas huellas en la arena. Pero ya no están, calladas y quietas ya pasaron como muchas cosas en lo cotidiano.

Tienes la convicción de haber crecido, de haber soñado y de haber sonreido, suspiras, y una lágrima te deja soñar y brillante, cálida, transaparente que casi se confunde con el mar, cae sobre la orilla y se pierde allí la dejas te despides de ella y te quedas con lo mejor que has vivido y sonries y caminas despacio, sin prisas, segura y miras al horizonte como si de verdad creyeras ver algo detrás porque allí donde se junta el mar y el cielo ....ahora se juntan también tus esperanzas.