28 de junio de 2010

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Esa extraña tarde Su había sentido que no estaba sola, como si un pequeño trocito de nube le acariciara la cara y secara todas esas lágrimas que por fin había derramado. Las tardes de los jueves se convirtieron en una brisa de oir y de sentir, en el vuelo de mil mariposas sobrevolando las ganas de olvidarse de todo y dejarse colgando, suspendida en ese inmenso torbellino del vivir.
Pero fuera todo seguía su curso, nada de Fran y pocos recuerdos de Alvaro.

Érase un caballo con un cuerno y dos brillantes alas, que al galopar solo lo hacía en círculos, nadie sabía por que nuestro particular unicornio era negro ni de dónde había salido, las mozas del pueblo soñaban que era un principe y que pronto se llevaría a una de ellas con su magnífico galope por los cielos, surcando el horizonte, se veían con la melena al viento y su traje de seda ondulante en el viento. Las patas de aquel animal se hacían invisibles cuando mirabas fijamente el rastro circular que dejaba, los viejos lloraban creyendo que eso no era nada bueno para su pueblo y que los niños en su afán de seguirlo caerían locos por no poder definir su trayectoría. El caso es que el caballo alado no dejaba indiferente a nadie. Una noche de Abril, el caballo místico escondió su cabeza junto con su gran cuerno y todo el mundo dice que sus patas se hicieron invisibles, su cuerpo tomo forma humana y aquel maravilloso corcel se hizo hombre, eso solo duró unas horas en las que pudo escribir con grandes letras: -Aquí amé, el amor de mis días y de mis noches está ausente pero su recuerdo volará conmigo por siempre. Después de esa noche nadie volvió a ver al unicornio negro, pero aquello que escribió quedó grabado en un círculo concéntrico.

24 de junio de 2010

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Amanecía noviembre, el otoño estaba instalado, los tonos rojizos en el cielo y las hojas que caían lentamente hacían que Su no quisiera salir de ese estado en el que se encontraba, era Noviembre y era jueves, como cada jueves iría a ver a la abuela de Fran y comer con ella, ya no tenía motivos para hacerlo ni siquiera sabá muy bien si quería o no llegar allí. Pero la esperanza de saber algo de él la inquietaba, no coincidir en el metro, no recibir ni uno solo de sus mensajes, ni llamadas, ni nada, solo un vacío y el silencio....cuánta soledad. Necesitaba ver a alguien y decidió compartir ese tiempo con ella.
Cuando iba de camino las pequeñas gotas de una llovizna de otoño cayeron sobre sus hombros...corrió hacia el metro. En el vagón pensaba que todo iría bien.
después de que entrara en casa de Leonor y la abrazara como nunca, ya no pensó igual, su primera frase fué:
- Sé lo de Fran......y lo de Alvaro. Siéntate niña
Su no dijo nada....por fin empezó a llorar, como quien sabes que llora porque tiene alguien que la consuele...por fin empezó a sentir que necesitaba hablar con alguien y era una buena oportunidad.
- Le has visto?- dijo con voz casi agónica y sopesando a la vez si estaba bien decirlo o no
- No- dijo con una mueca de tristeza en su rostro, sabía que ella vendría a preguntar eso.
- No importa, yo seguiré viniendo a verla si me deja comer juntas los jueves.
- Porsupuesto si eres mi niña, como ibas a faltar, yo ya contaba con eso. Sientaté que es hora de la historia, porque eso también sigue igual.....
Y mientras Su hacia el gazpacho y ponia la mesa, la maravillosa abuela de Fran no paró de hablar, de una, de dos y de mil cosas a la vez, de cómo y cuánto, de dónde y de cuando....y Su fué feliz a su lado.
Es hora del café......dos abrazos y dos besos y hasta el jueves.

23 de junio de 2010

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Aún conservaba en su memoria los fotogramas de los días vividos como secretaria de Alvaro, no era como lo había imaginado, lo que se rumoreaba de él era en cierto sentido la imagen que daba hacia los demás, en el fonfo Alvaro, era Alvaro y nada más.
Cuando entro por primera vez en su despacho él se dirigió hacia ella como si la conociera de siempre, empezó por darle múltiples indicaciones de cómo tendría que seguir su ritmo de trabajo y que tendría que estar a disposición en el teléfono casi las 24 horas del día. Todas las noches a la misma hora la llamaba para cerrar el día y analizar cada uno de sus pasos y ya más tarde le ponía un mensaje que decía:
- Buenas noches. Un día inmejorable? hasta mañana.
Al principio la sorprendía y cuando Fran alguna vez lo vió decía que era un tipo raro y que tuviese cuidado.
Su no imaginaba que Fran iba acumulando la impotencia de no poder tener todo controlado con ella y que el tiempo que pasaban juntos la mitad se iba hablando de Alvaro. Su no había encontrado el espacio suficiente para dejar su trabajo en la oficina y dedicarle a Fran lo que siempre habían compartido.
Transcurria el tiempo y Alvaro se convirtió en todos sus minutos, incluso en su tiempo libre Su se veia haciendo mil cosas para él. Ella nunca se dió cuenta de como el espacio se acortaba entre ellos, ella no veía que cada día superaba la cotidianeidad pensando en él y sus recados. Ella no lo vió hasta que leyó aquel sms ese fin de semana.

22 de junio de 2010

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Cuando en el café de la Plaza Mayor daban ya las diez y media Su corrió para llegar al taxi que la llevaria al encuentro con Alvaro, miró su agenda y sí, tenía todo lo previsto. Estaba nerviosa porque al final de esa mañana tenían una cita con el mayor inversor de la empresa y deberían explicar las innovaciones que estaban haciendo día a día.
Por fin, llegó a la cafetería del hotel con sus grandes cristales y sus sillas transparentes, el denominado glassbar estaba casi vacío, Su lo recordaba siempre lleno de gente.
Buenos días Su- la recibió Alvaro impaciente
Buenos días-respondió
No parece que hayas dormido bien, hoy tenemos un día en el que hay que pensar en positivo.
Si, si no te preocupes.-dijo Su disculpándose.
La mirada de Alvaro se posó sobre ella, parecía que casi quería abrazarla, sus ojos estaban llenos de algo inususal, quizás de todas esas palabras que a veces no salen porque no las dejaba salir, quizás de aquellos sentimientos que todos afirmaban que él nunca sentiría- que tontería pensó Su-
Después de repasar todo el discurso de mediodia, le dijo sin más, necesito una cosa, espero puedas ayudarme.
-Si, dime ¿que es?.
- Comer juntos, se que sales siempre muy deprisa, si tienes un motivo importante lo entenderé pero si un dia puedes espero que aceptes, es la invitación de un amigo, no de tu jefe.
Y acto seguido, se levanto pagó los cafés y salió del gran salón de cristal para pedir su coche.
Su estaba sorprendida, pero prefirió salir deprisa y decirle que lo pensaría.
No hubo ningún día más....Alvaro no volvió a pedrile nada más.
Ese fin de semana, un mensaje en el movil le avisaba de un accidente en la carretera, un jaguar negro, la matricula, la de Alvaro. No hay nada......no queda nada solo eso un sms.
Su solo derramó una lágrima.

20 de junio de 2010

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Cuando Fran y Su se conocieron hace dos otoños, apenas eran unos compañeros de recorrido, él cogia siempre la misma línea de metro que ella a eso de las dos de la tarde, a pesar de que había mucha gente en los vagones, ambos siempre cruzaban sus miradas al levantar la vista del libro que en ese momento tenian entre las manos. No se supo cómo ni cuando se hablaron por primera vez ni cuando empezaron a contarse el uno al otro lo que más le gustaba y entre tanta palabra compartían eso, el recorrido.
Era estupendo llegar al tren y ver a Fran dia tras día, para Su ese era su mejor momento.
Tampoco se supo como salieron del vagón juntos y fueron a ver a la abuela de Fran y eso también se convirtió en rutina, un dia y otro, de repente se vieron cocinando aquí y allí, siempre sonrientes contándose cada uno cómo habían pasado la mañana. Luego se despedían y cada uno tomaba su camino. Su con sus clases de guitarra y Fran con su segundo trabajo.
Todo era y no era la vez, la vida iba dando pequeños matices a sus vidas, un café, el abrazo que necesitaba en el momento oportuno, el escuchar, las palabras de aliento cuando la necesitaban, las risas, las miradas, el despertar ante la belleza del mundo, aprendieron a ser uno la compañía del otro y sin darse cuenta el amor los fué envolviendo en su primer paso, la ternura. Nada había para Su, que le impidiera coger ese tren al final de la mañana, que su corazón de un vuelco al ver a Fran ya en el vagón, los libros siempre cerrados, y la sonrisa en los labios, nada había más allá que mirar sus ojos para saber que estaba bien y que el abrazo de cada día era como una inyección de adrenalina que le hacía pensar que quería estar siempre así. No había nada, ya estaba él y cuando sus manos y sus ojos le decían hasta mañana, ella solo pensaba en cerrarlos para que llegue pronto ese momento.

19 de junio de 2010

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- Buenos dias- dijo Su con voz serena al llegar a la oficina.-¿Alguna llamada para mi?
- Si, Alvaro ha dicho que anules cualquier cita pendiente con él, que desayunes deprisa y llegues a su cita con él antes de las 11.
-Nadie mas ha llamado?
-No, esperabas otra llamada?
- No, gracias Elsa.
Su se encerró en su oficina, discretamente decorada con tonos lila, grandes ventanales dejaban entrar una luz maravillosa en la que sus ojos grises eran aún mas brillantes y más todavía cuando las lagrimas que asomaban no salían, es verdad que habría preferido que Fran la llamara, solo para decirle buenos días, pero también sabía que eso no iba a ocurrir y debía ser fuerte y seguir adelante. Se sentó de golpe en el sillón frente al ordenador, cada rincón era nuevo ahora y decidió preparar todo lo que necesitaba para ir a ver a Alvaro a las 11 de la mañana, desde que lo conoció su vida se había convertido en una vorágine de trabajo y obligaciones, sin contar las cosas que había hecho para él llevar ropa a la tintorería, comprarle una camisa a juego con los pantalones, traerle el mejor sushi de la otra punta d ela ciudad, anular citas e iros a desayunar sin más......era divertido para Su sentir cada día como su trabajo ya no era solo eso..pero nunca tuvo miedo ni imagino lo que pasaría después.

15 de junio de 2010

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Ya de camino al trabajo pensaba que todo era como una pesadilla, su chaqueta gris aún conservaba la pequeña mancha que Fran había dejado cuando comían un helado de nata juntos, en realidad él había dejado tantas cosas...
Iba andando sin prisa, las calles de Gran Vía parecían solitarias aunque estaban llenas de gente impaciente, Su volvía a mirar hacia aquella tarde, cuantas risas y cuanta alegría desbordaban sus corazones cuando le dieron la noticia de su nuevo ascenso en la oficina.
Habían transcurrido algunos meses desde que entrara como ayudante de la secretaria de Alvaro Casas, un exigente empresario que no permitía interrupciones ni comentarios fuera de horarios sin cita, malhumorado para ser tan joven y escasamente tolerante, jamás se le ocurrió que ahora ella se sentara al lado de su despacho y tenga el control de la agenda de su ahora jefe. Pensó que quizás eso tenga que ver con que Fran ya no esté a su lado, en realidad, no encontraba un motivo exacto ni siquiera quería pensarlo, prefería saber que ahora su realidad era otra y que atrás estaba aquel beso, que brotó como un impulso de la piel la primera vez que se miraron directamente a los ojos, atrás estaba el haber aprendido a ser amigos antes que amantes y ahora solo le daba vueltas una cosa: le echaba de menos.
Siguió andando esta vez con más prisa.

14 de junio de 2010

Ese día


Todo empezó una noche cuando Su no podía dormir, había dado mil vueltas a todo, su mundo parecía derrumbarse por donde lo tocaba, cada rincón, cada persona, cada sentimiento. Fué entonces cuando decidió parar. Se levantó de un salto de la cama y en la penumbra de la noche se puso las zapatillas rosas que le había regalado su madre, de repente, se vió sumergida pensando en ella, en esas dulces mañanas en las que la despertaba con un beso, abría las cortinas y los rayos de sol hacían que abriera los ojos y solo en ese momento le decia:- Buenos días Princesa. Y entonces Su ya sabía que todo iría bien.
Ahora su madre ya no estaba, su ausencia hacía que vuelva la melancolía e invadiera su habitación y como si saliendo de ella la abandonase, se dirigió a la cocina a toda prisa, miró el reloj, solo las seis de la mañana, una mañana que empezaba muy pronto y que prefería que todo vuelva hacia atrás. Sus ojos aún delataban las lágrimas que había derramado aquella noche, nunca imaginó que su corazón se partiera de ese modo y que todo sus momentos vividos se fueran al traste cuando tuvo que decir adiós a quien había amado durante tanto tiempo.
Hizo café....

10 de junio de 2010

Llueve




El cielo gris, amaneció triste las gotas tímidas de lluvia recordaban a lágrimas que a veces no quieres derramar, se detienen y en su recorrido dejan la huella de tu tristeza reflejada aún en tu rostro, al cielo le pasa igual.

No parece que la lluvia cesara pero descansa por espacios cortos de tiempo como si quisiera respirar, como diciendo ya no quiero llorar más, pero sigue.

Sin embargo en su incesante timidez deja rastros de su belleza, pequeñas burbujas cristalinas posadas en los pétalos de ramas silvestres que los hacen brillantes, una corriente inesperada que sigue sinuosa un camino difícil de descifrar hacia donde se dirige, marcas circulares bien definidas en el suelo que dibujan formas transparentes que a veces se van y otras se quedan. Su belleza se respira, el aire es cada vez fresco y su olor te invita a cerrar los ojos y disfrutar de las gotas en tu cara sintiendo una y otra vez el cosquilleo cuando te tocan

Aunque piensas que todo es gris y nada te ilumina, la lluvia te hace melancólico y dejas caer tus propias gotas, tu propio deslumbrar, tu brillantez, tus propios caminos sinuosos que recorren tu rostro y dejan la huella imborrable del dolor que te causa ese llanto.

Como si de un aliento de vida se tratara, todo cambia, se para y un rayo de sol aparece y te ilumina, la sonrisa vuelve a tu rostro, todo es más calido ahora, todo es de otro color y piensas que tus lágrimas ya no tienen por que salir, te las guardas y miras a tu alrededor, por fin, disfrutas, y aunque la presencia de la lluvia permanece igual que las lágrimas en tu corazón, no temas, da un paso o dos, o los que te hagan falta para llegar y allí estará quien tu esperas.

9 de junio de 2010

un dia




Un día, sin avisar llegó y estuvo allí, se quedó como otras veces, mirándose al espejo, sus temores adolescentes hacían cada vez más difícil enfrentar su parte de mundo que le correspondía vivir, nunca es tarde se decía, mientras se colocaba los rizos del cabello una y otra vez.
Siempre decidía ser diferente, un color de jersey, los botones de una camisa, el modo de llevar la chaqueta, todo quería y podía ser distinto en él. Por eso plasmar su visión en folios, papeles, cartulinas y lienzos se convirtió en un pasatiempo ambicioso.
Dentro de su cascarón de bohemio sentía que podía escalar mirando desde las nubes a todos los demás, a nosotros, a los que quería y a los que no y cuando de repente tropezaba con la gran piedra de la realidad daba un patinazo y se agarraba del mundo real.
Era un juego, ahora tiro y me toca y si no espero mi turno silbando el tono mas sosegado de una canción conocida, por que sabía, que le volvería a tocar, al lanzar los dados iban pasando mil instantes de euforia y sobrevuela esas nubes desde donde todo parece más fácil. No hay nada mejor que crear, colores, formas, notas, espacios, tiempos, crear y recrearse en eso….reflejarse en el cielo y a veces en el mar…imaginar que cuando se miraba tantas y tantas veces en el espejo no era él, sino el del espejo quien le miraba y le sonreía…sigue así, vuela despacio, llega hasta la luna y vuelve a mirar. Estoy en el espejo pero no se si dentro o en la realidad.

8 de junio de 2010

Su

Como cada mañana esperando, mirando el cielo y balanceando los pies Su se deja llevar por sueños inesperados, trompetillas que la llevan a lugares de sombras que para ella son conocidas. Sus grandes ojos grisáceos casi dejan ver el fondo de su alma y sus sentimientos, es casi transparente.
Espera el autobús de las ocho porque así puede leer y trasladarse sin tener que volar como le gustaría. Sus pesadillas de la infancia ahora son sus sueños descifrados, puede ver como las coincidencias y las cirscuntancias se convierten en situaciones fáciles de entender, todo se explica a través de esos sus ojos grisáceos, todo se entiende desde su mirada , ya nada es imperceptible. Disfruta sin reparo al llevar su encantadora melena negra que cuando se bate contra el viento, ella se deja arrastrar simulando que cien ángeles la peinan. Observa la ligeresa de las nubes, como cada mañana.
Y como cada mañana allí está Su, esperando a que te decidas si la miras para descifrar tu mirada...

6 de junio de 2010

pequeñeces


Deja de llorar, el mundo no se acaba aquí, hay cosas que siempre parecen otras si las ves desde otro lugar, con otros ojos, con mirada de luna.
Esas pequeñeces que apenas si se ven, son tan efímeras, pasan casi siempre inadvertidas, como las olas cuando rompen en la soledad de la noche, la brisa del amanecer acariciando tu cara , pequeños suspiros, una flor que se abre paso en medio del campo hostil, el andar de un gorrión, un pájaro detenido para ti en medio del mundo, el sonido de un grillo que a lo lejos te anuncia quietud, el verde de las hojas del campo, las sonrisas tímidas de un niño que te dice con sus ojos aquí estoy, el roce de unas manos que te acarician, alguien diciéndote dame al mano, un abrazo sincero, la paz de la noche, el reverberar del silencio que a veces es el único que te acompaña.
Y cuando te das cuenta estás perdido, perdido en esas pequeñas cosas, en su mágica y envolvente vida…en tu soledad, en su soledad contigo….ya no llloras, tal vez dentro de poco vuelvas a llorar, pero la vida te anuncia por cualquier rincón que te necesita. Y de repente oyes, aún sumergido en tu mundo, tu llanto y tu silencio, oyes: te quiero.
Y te quieres quedar y solo piensas: quédate conmigo.

Míra, María


Los días transcurren sin prisas, hace calor, frío, casi no llueve, pasa...un día y otro y otro más.
Casi siempre es lo mismo, el resonar de algunas cucharas, el agua hirviendo, olor a café, a panecillos calientes, a leche volcándose en las tazas alegremente como diciendo venid a bebedme. Las zapatillas en su sitio, el uniforme del colegio, la cinta en el pelo y María bailando sin parar, parece que le hubiesen puesto esas zapatillas rojas del cuento, siempre con la mano en el dial de la radio….buscando que suena aquí y allá, de repente se para pero eso solo dura segundos porque después siguen coros, pasos, chasquidos y ritmos sin fin.
Suena Michael Jackson, ese cantante negro al que todos llevan en sus carpetas y libros y María ya no puede más, todo lo que toca es contagiado por su ritmo, las pinzas al colgar la ropa, la chaqueta que cuelga y descuelga girándola al aire, el cepillo del pelo haciendo una y otra vez que bailar sea contagioso, coge los pies de su hermana pequeña y limpia sus zapatos como si fuera un Dj en una mesa de mezclas, siempre sonriente, siempre alegre, y siempre dispuesta a atreverse con todo, valiente María.
Después de repartir besos a todos, cruza la puerta, su falda de seda recuerda a una bruma matinal del mar, como cuando las olas se mueven y dejan un rastro que dan ganas de seguir, así se va María, desaparece alegre, vivaz, nada la detiene.
Hay muchos que quisiéramos permanecer en ese tiempo, en un tiempo, en tu tiempo María.

4 de junio de 2010

Caracola

El primer día que su madre la acompañó al colegio, Azucena solo pensaba en caballitos de mar y estrellas rosas, entre sus dedos, el lazo de su pelo parecía una estela, de esas que dejan las estrellas cuando caen fugaces.
Pensaba que el sitio al que iba era una casa mágica llena de corales y que en cada uno, encontraría hadas que le sacarían volando y la llevarían hacia el bosque, que haría muchos amigos como le habían dicho, pero eso no le preocupaba ya tenía tantos, algunos eran verdaderamente especiales y le contaban historias de cuando los árboles susurraban canciones de cuna y los pájaros entretejían preciosas prendas de hilos de hojas de primavera, de cuando las flores miraban armoniosas sus hermosos pétalos para girar con fuerza y regalar sus maravillosos destellos, pero ella solo pensaba en el resplandor azul que la dejaba sumergirse en su mundo, se veía en el columpio de su casa en su ir y venir al ritmo del vaivén con que la mano de su madre la apretaba con fuerza.
No se imaginó que al cruzar la puerta del colegio, que para ella era un arco de hermosas margaritas, su madre la soltaría y le daría un beso, entonces su mundo se derrumbó…ya solo había un charco gris, enorme y vacío, adiós corales y estrellas, caballitos de mar y sueños con bosques, adiós el vaivén acompasado del calor de su columpio y su mundo azul.
Una lágrima escapó de sus ojos y después siguieron muchas más…Azucena no se dio cuenta cuando otra mano la cogió, su vaivén era distinto pero ella no prestaba atención. Un ruido la invadió por completo y muchos niños y niñas se acercaron, nada la consolaba solo su caracola a la que apretaba con fuerza pensando que dentro de ella estaría mejor.

2 de junio de 2010

Junio



Cuando con unos cuantos Junios, me siento como hoy, no hay palabras para decir ni para concebir. Todo se agolpa y en un suspiro veo y describo, sueño, percibo, huelo. Los detalles llenan los instantes, lo que se ve es un regalo y lo que se siente se convierte en una historia, los espacios son maravillosos cuando se oye el eco de tu imaginación.




Dime lo que puedas niña, no dejes de decir

Y su cara esbozaba su paz y su ternura.

Dime lo que quieras, que decir siempre esta bien

Y su voz acompasada surgía en el silencio.

Dime niña, no temas, el mundo te quiere oír

Segura, dulce y más que con sus palabras, dijo con los ojos

Quiero escribir…