22 de junio de 2010

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Cuando en el café de la Plaza Mayor daban ya las diez y media Su corrió para llegar al taxi que la llevaria al encuentro con Alvaro, miró su agenda y sí, tenía todo lo previsto. Estaba nerviosa porque al final de esa mañana tenían una cita con el mayor inversor de la empresa y deberían explicar las innovaciones que estaban haciendo día a día.
Por fin, llegó a la cafetería del hotel con sus grandes cristales y sus sillas transparentes, el denominado glassbar estaba casi vacío, Su lo recordaba siempre lleno de gente.
Buenos días Su- la recibió Alvaro impaciente
Buenos días-respondió
No parece que hayas dormido bien, hoy tenemos un día en el que hay que pensar en positivo.
Si, si no te preocupes.-dijo Su disculpándose.
La mirada de Alvaro se posó sobre ella, parecía que casi quería abrazarla, sus ojos estaban llenos de algo inususal, quizás de todas esas palabras que a veces no salen porque no las dejaba salir, quizás de aquellos sentimientos que todos afirmaban que él nunca sentiría- que tontería pensó Su-
Después de repasar todo el discurso de mediodia, le dijo sin más, necesito una cosa, espero puedas ayudarme.
-Si, dime ¿que es?.
- Comer juntos, se que sales siempre muy deprisa, si tienes un motivo importante lo entenderé pero si un dia puedes espero que aceptes, es la invitación de un amigo, no de tu jefe.
Y acto seguido, se levanto pagó los cafés y salió del gran salón de cristal para pedir su coche.
Su estaba sorprendida, pero prefirió salir deprisa y decirle que lo pensaría.
No hubo ningún día más....Alvaro no volvió a pedrile nada más.
Ese fin de semana, un mensaje en el movil le avisaba de un accidente en la carretera, un jaguar negro, la matricula, la de Alvaro. No hay nada......no queda nada solo eso un sms.
Su solo derramó una lágrima.

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