14 de junio de 2010

Ese día


Todo empezó una noche cuando Su no podía dormir, había dado mil vueltas a todo, su mundo parecía derrumbarse por donde lo tocaba, cada rincón, cada persona, cada sentimiento. Fué entonces cuando decidió parar. Se levantó de un salto de la cama y en la penumbra de la noche se puso las zapatillas rosas que le había regalado su madre, de repente, se vió sumergida pensando en ella, en esas dulces mañanas en las que la despertaba con un beso, abría las cortinas y los rayos de sol hacían que abriera los ojos y solo en ese momento le decia:- Buenos días Princesa. Y entonces Su ya sabía que todo iría bien.
Ahora su madre ya no estaba, su ausencia hacía que vuelva la melancolía e invadiera su habitación y como si saliendo de ella la abandonase, se dirigió a la cocina a toda prisa, miró el reloj, solo las seis de la mañana, una mañana que empezaba muy pronto y que prefería que todo vuelva hacia atrás. Sus ojos aún delataban las lágrimas que había derramado aquella noche, nunca imaginó que su corazón se partiera de ese modo y que todo sus momentos vividos se fueran al traste cuando tuvo que decir adiós a quien había amado durante tanto tiempo.
Hizo café....

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