9 de junio de 2010

un dia




Un día, sin avisar llegó y estuvo allí, se quedó como otras veces, mirándose al espejo, sus temores adolescentes hacían cada vez más difícil enfrentar su parte de mundo que le correspondía vivir, nunca es tarde se decía, mientras se colocaba los rizos del cabello una y otra vez.
Siempre decidía ser diferente, un color de jersey, los botones de una camisa, el modo de llevar la chaqueta, todo quería y podía ser distinto en él. Por eso plasmar su visión en folios, papeles, cartulinas y lienzos se convirtió en un pasatiempo ambicioso.
Dentro de su cascarón de bohemio sentía que podía escalar mirando desde las nubes a todos los demás, a nosotros, a los que quería y a los que no y cuando de repente tropezaba con la gran piedra de la realidad daba un patinazo y se agarraba del mundo real.
Era un juego, ahora tiro y me toca y si no espero mi turno silbando el tono mas sosegado de una canción conocida, por que sabía, que le volvería a tocar, al lanzar los dados iban pasando mil instantes de euforia y sobrevuela esas nubes desde donde todo parece más fácil. No hay nada mejor que crear, colores, formas, notas, espacios, tiempos, crear y recrearse en eso….reflejarse en el cielo y a veces en el mar…imaginar que cuando se miraba tantas y tantas veces en el espejo no era él, sino el del espejo quien le miraba y le sonreía…sigue así, vuela despacio, llega hasta la luna y vuelve a mirar. Estoy en el espejo pero no se si dentro o en la realidad.

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