15 de junio de 2010

...

Ya de camino al trabajo pensaba que todo era como una pesadilla, su chaqueta gris aún conservaba la pequeña mancha que Fran había dejado cuando comían un helado de nata juntos, en realidad él había dejado tantas cosas...
Iba andando sin prisa, las calles de Gran Vía parecían solitarias aunque estaban llenas de gente impaciente, Su volvía a mirar hacia aquella tarde, cuantas risas y cuanta alegría desbordaban sus corazones cuando le dieron la noticia de su nuevo ascenso en la oficina.
Habían transcurrido algunos meses desde que entrara como ayudante de la secretaria de Alvaro Casas, un exigente empresario que no permitía interrupciones ni comentarios fuera de horarios sin cita, malhumorado para ser tan joven y escasamente tolerante, jamás se le ocurrió que ahora ella se sentara al lado de su despacho y tenga el control de la agenda de su ahora jefe. Pensó que quizás eso tenga que ver con que Fran ya no esté a su lado, en realidad, no encontraba un motivo exacto ni siquiera quería pensarlo, prefería saber que ahora su realidad era otra y que atrás estaba aquel beso, que brotó como un impulso de la piel la primera vez que se miraron directamente a los ojos, atrás estaba el haber aprendido a ser amigos antes que amantes y ahora solo le daba vueltas una cosa: le echaba de menos.
Siguió andando esta vez con más prisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario