23 de febrero de 2011

Una cosa

Hay una cosa que no te dije, se quedó suspendida en el silencio, las horas fueron pasando, después los minutos y cuando empezaron los segundos me di cuenta de lo que guardamos, de lo que cerramos nuestros labios, de lo que no te dije.
Después cogí el camino, andando, en metro o en coche y me fuí como si no fuera, mirando como si de verdad mirara, pero no, no estaba en eso, estaba en lo que no te dije. 

Por ensayo y error practico lo que pienso, que haré al volverte a ver, y digo la frase silenciada de unas mil formas, empiezo, acabo y vuelvo a empezar. 
Respiro, veo las calles despiertas, la gente riendo, los niños y la vida en si. Ya me siento mejor lo ensayado lo guardo en bolsillo, en ese bolsillo de mi cabeza en el que tengo ordenadamente las ideas correctas que debo decir y que no debo olvidar, me acomodo el cabello, como si eso ayudase a que todo esté en perfecta armonía con mis pensamientos. Mi sonrisa aparece y mis suspiros perfilan una nueva oportunidad, un nuevo día,  volver y decirte..ese es el fin.

Las palabras adormecidas esperan salir a una luz que las oiga, pero de repente me doy cuenta del tiempo, de ese tiempo que ya pasó, esa oportunidad perdida, ese vacío de no haberte dicho, ese sonido en mi cabeza que palpitante golpea intentando salir de su agujero oscuro y triste, justo en ese momento en el que no te dije, ni siquiera con los ojos, no te dije, una cosa.
Vuelvo a buscar el bolsillo de ideas y encuentro lo ensayado, lo abro, lo examino, lo corrijo y lo guardo. Y es allí donde se queda la mayoría de las veces. Allí esperando y sintiendo, allí solo perfecto y armónico pero dormido.
Lo siento.
Por lo que no te dije.

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