6 de agosto de 2010

demasiado tarde

Invierno soleado, así llegó el viernes y ambas ya en el coche se dirigían sin prisa a su destino. Una impaciente por saber, descifrar y llegar a una verdad, a una conclusión; la otra sin saber aún muy bien como resolver la naturaleza de esta incertidumbre en la que Alvaro la había metido.
Iban por la autopista y Ana disminuyó la marcha
- Tomaremos un café.
Y así, allí sin más, decidió parar y decirle lo que hace mucho tenía ganas de contarle.
- Mira Su, hace mucho tiempo quería hablar contigo de esto pero no sabía como te lo ibas a tomar, las cosas ahora no estan muy claras para mi y me pareces una persona encantadora....
- Vamos Ana, déjalo para luego ahora estamos de camino y ya....
- No puedo, Su déjame terminar, antes o después lo ibas a saber. Yo no soy hermana de Alvaro, creo que de eso ya te has dado cuenta. Nuestros padres se conocen desde hace muchos años y hemos sido amigos desde pequeños, después salimos algunos veranos y eso se convirtió en una costumbre que después formalizamos, nunca teníamos fecha de boda ni de vivir juntos porque Alvaro siempre estaba ocupado y decidimos dejarlo pasar, prometimos que este verano decidiríamos que haríamos con nuestras vidas, la verdad es que era un amor un poco extraño, yo no lo consideré así hasta que apareciste en su vida, me contó que eras genial y que os llevabais muy bien, pero no decía nada más y sentí peligrar mi relación de tantos años, me di cuenta que lo quería solo entonces y después lo del accidente, no sé que pensar...
- Pero, ¿de que hablas?...todo este tiempo has ocultado esto para.......protegerte?..que fin tiene entonces esta búsqueda...no puedo creerlo Ana, no entiendo lo que pasa, pero creo que ya no es necesario que vayamos juntas a nada, tú desconfiaste todo el tiempo de mi, si yo solo era una secretaria, una trabajadora más para Alvaro...que nos llevabamos bien, claro que si..pero creo que .........
Ana interrumpió a Su.....la oportunidad de tenerla allí y contarle todo, eso era cuanto había querido hacer desde el principio.
- En su última llamada...me dijo que necesitaba tiempo.....se le oía triste y no dijo nada más, fué lo último que le oí decir por teléfono. Dos días después nos avisaron del accidente.
-Lo siento mucho Ana, pero entre Alvaro y yo, no había nada.....
Para sí, pensaba que ella ta,bién se había dado cuenta demasiado tarde de todo.
El corazón le empezó a latir muy deprisa al pensar en la frase que acababa de decir, la tristeza de la confirmación de una verdad que le dolia y que ella dudaba que Alvaro compartiera.
-Lo siento Su, soy yo la que lo siente por no haber sido sincera, ahora te conozco y se que eres una persona estupenda como él decía siempre que hablaba de ti.
Un abrazo llegó, como cuando esperas que escampe después de una tormenta, con la verdad pero más dudas aún y más incertidumbre para Su, que cerró los ojos y sus lágrimas esta vez no tenían nada que ver con el abrazo ni con el dolor, esta vez tenían que ver con la emoción del recuerdo, solo con el recuerdo de esas pequeñas cosas que guarda en su memoria, esas pequeñas cosas que solo vuelven cuando alguien las nombra.

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