25 de noviembre de 2010

18. Mi osito

Osito no tenía nombre, solo era osito sin más, sujetaba muy bien los cojines de mi cama y dormia a la perfección cerca del alfeizar de la ventana cuando lo dejaba mirando al sol, nunca se quejaba ni protestaba y casi siempre le gustaba estar cerca de dónde yo quisiera. Osito era mi preferido desde......desde siempre.
Su brazo era especialmente sujetable y su cuerpo abrazable como ninguno, blandito, con ojos color caramelo y nariz negra y pequeña, su boca estaba cosida con un hilo negro que no se como permanecia allí.Sus pies y su  manos tenian unas delicadas pezuñas suavez y blanditas como motas de algodón. 
Osito se arrastro conmigo mientras andábamos, se cayó de la silla de paseo muchas veces, recibió vomitonas, babas y lluvias y unas pocas lágrimas. Pero él seguía allí perfecto e imperfecto a la vez. Mi madre decía que debía pensar en dejarlo tranquilo, que a lo mejor los Reyes me traian uno y asi cada año hasta que cumplí siete.

Una mañana después de cepillarme los dientes, corrí a mi habitación para coger a osito de mi cama, pero no estaba, pregunté a mi madre si lo había puesto en la lavadora, que eso había ocurrido en otras ocasiones sin previo aviso y me encontraba al pobre osito dando mil vueltas dentro y mareándose sin que nadie pudiese hacer nada por él, y luego me tocaba a mi desmarearlo sacándolo al aire fresquito del jardín para que se seque y no vomite del mareo que tenía. Pero mi madre me respondió que no lo había visto. 
Buscamos en todas partes y no lo encontramos, osito estaba perdido y yo no supe que hacer solo ponerme triste y esperarlo sentada en mi cama mirando el sol, como a veces yo lo dejaba.

Mis padres me trajeron uno nuevo, un osito lleno de pelo color camel, sus ojos también eran de color miel y su boca estaba muy blandita poruqe tenia una lengua resplandecientemente aterciopelada con un gran lazo rojo en el cuello y en su pecho ponía Lena...pero yo me puse a llorar poruqe ese no era osito...sin duda no lo entendían.
Aquella noche no pude dormir y quería que Osito volviera pero no se me ocurría nada brillante.Al día siguiente me puse a desayunar con desgano, mi madre decía : no pasa nada Lena, pero si pasaba, a mi no, pero a osito si, a él si.

Fuí a coger mi mochila y mi abrigo para ir al colegio, mamá me había puesto las dos coletas de siempre esta vez mas altas que nunca y los lazos de rojo bermellón no se si para hacer juego con mis mejillas y mis ojos llorosos. Y cuando abría la cremallera de la mochila para guardar el bocadillo..vi a osito asomando un brazo y luego todo el cuerpo, salté de alegría lo abracé muy fuerte, le di muchos besos y le dije: quédate aqui quieto en la ventana, mira el sol yo te esperé igual cuando te fuiste. Y él se quedo quieto, sonriente. Sus ojos caramelo brillaban mucho y su boca cosida reflejaba mi calma y mi paz. Otra vez estábamos juntos,
Por las noches todavía lo abrazo fuerte y no le dejo ir aunque su boca ya no se ve y sus ojos no brillan tanto sigue blandito, abrazable y especialmente lleno de mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario