Sientes lo que viene, son muchos, a veces dos a veces más de dos, siempre ruidosos, alegres algunas veces tristes, cuando quieren invaden un terreno que ni siquiera sabes que tenías hasta que lo nombran, saben que estás y están también, sueñan como tú y dicen como tú, unos más otros menos, te acompañan y no dejan de estar.
Cuando su ausencia es evidente, una parte de tu mente sigue con ellos, con sus ganas de verte y decirte y dejar que les digas, que les leas, que les escribas.
Cuando el silencio te inunda y sus murmullos están lejos respiras larga y profundamente, descansas, vuelas, pero las aves vuelven casi siempre, una y otra vez.
Y otra vez los encuentras y ellos a ti.
Y otra vez los encuentras y ellos a ti.
A disfrutar de la compañía siempre se aprende.
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