5 de octubre de 2010

4. Yo misma

Nunca fuí una niña normal, bueno, de esas de libro con sus fases psicológicas ordenandas y consecutivas, yo más bien era de saltos. Por eso cuando mis padres me dejaron ser yo misma fué cuando  se dieron cuenta de mis rarezas. A veces pasaba horas entretenida con el cordón de mis botas como intentando atarmelas o mirando la lavadora cuando giraba incesante, otras veces saludaba a gente inesperadamente inexistente o corria sin mirar para lanzarme al vacío mas absoluto de un salto o a la carretera , daba igual no veia el peligro. Me gustaban las cintas en el pelo y los lazos que mi madre se empeñaba en conjuntar con mis vestidos, yo era para ella como su muñeca y ella para mi como la modista pret-a-porter diseñando su nueva colección conmigo de protagonista. Es decir eramos tal para cual.

Mis anhelos de tener alas y sobrevolar el mundo que me iba creando, no cesaban, ya dominaba mi cuerpo caminando y corriendo y lanzaba algunas palabras, pero ninguna tan seguidas como las que yo quería expresar, lo de hablar es difícil, nunca aprendí, aún ahora pienso que si tendría que decir algo seguro no me saldría tan bien como lo escribo.

Bajaba al parque una vez al día y conocí a varios niños que no decían nada ni con los ojos ni con palabras, algunos eran vivaces y todo impulsos, otros eran asustadizos y llorones, ninguno como yo, por eso me hice la dueña de ese territorio, controlaba sin dificultad los juguetes de todos y los repartia como si de Robin Hood se tratase, los pequeños y llorones me lo agradecían y tenia que enfrentarme a ciertos personajes rechonchos e impetuosos que siempre querian saltarse mis barreras, menos mal que no podían, si me planteasen ahora esa situación no se si saldría con la misma facilidad que entonces....pero es que entonces me comía el mundo, pero eso era literal, me comía el mundo empezando por la arena del parque...a ver, que era pequeña, aunque pensara como adulto.
Las madres de los otros niños eran como mis otras madres, me hacían carantoñas, me cantaban, me mimaban y hasta me cogian y me hacían volar por los aires como avión, como un pájaro....y yo me reía a carcajadas....así, así pensaba yo que queria ver el mundo, deprisa, con velocidad vertiginosa, con sabor a aire y mi cabello al viento, mis pies sin tocar el suelo, todo envuelto en una sonrisa, en una caracajada. Ellas no lo sabían pero me dieron muchas ideas, tantas como las vueltas en el aire, como las vueltas a la vida misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario